lunes, 14 de marzo de 2011

Rubrica

Analisis y Seleccion de la informacion.

Capítulo VII.
El Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
El incidente de la ventana.

Sucedió que un domingo, cuando Utterson y su amigo, en su paseo habitual, volvieron a pasar por aquella calle, al llegar ante aquella puerta, ambos se detuvieron a mirarla.
-Bien -dijo Enfield-, afortunadamente se acabó aquella historia. Ya no veremos nunca al señor Hyde.
Miedo.
-Esperemos -dijo Utterson-. ¿Os he dicho que lo vi una vez y que inmediatamente también yo lo detesté?
-Imposible verlo sin detestarlo -replicó Enfield-. Pero, ¡qué burro me habréis juzgado! ¡No saber que esa puerta es la de atrás de la casa de Jekyll! Luego lo he descubierto, y, en parte, por culpa vuestra.
Bipolaridad
-¿Así que lo habéis descubierto? -dijo Utterson-. Pues, si es así, venga, ¿por qué no entramos en el patio y echamos un vistazo a las ventanas? De verdad, me preocupa mucho el pobre Jekyll, y pienso que una presencia amiga le pueda hacer bien, incluso desde fuera.
El patio estaba frío y húmedo, ya invadido por un precoz crepúsculo, aunque el cielo, en lo alto, estuviese iluminado por el ocaso. Una de las tres ventanas estaba medio abierta; y sentado allí detrás, con una expresión de infinita tristeza en la cara, como un prisionero que toma aire entre rejas, Utterson vio al doctor Jekyll.
Desorden de Personalidad Multiple
-¡Eh! ¡Jekyll! -gritó-. ¡Espero que estés mejor!
-Estoy muy decaído, Utterson -respondió lúgubre el otro-, muy decaído. Pero no me durará mucho, gracias a Dios.
Exp. Miedo